Llegamos a Zhengzhou sobre las 7,20 pero estamos despiertos desde las 5.45, nos medio lavamos con lo que llevamos y a esperar a llegar a la estación, nos espera Javier (su nombre es otro pero nos dan uno que sea fácil para todos) Estamos todos con ganas de ducha y tal pero no, nos vamos a un hotel cerca de la estación y nos dan un cutre-desayuno pero como tenemos hambre pues nos comemos lo que sea, de ahí nos vamos al Monasterio de Shaolin en otro minibús de los nuestros, este monasterio esta entre las montañas, hace frío pero está muy bien, es bonito tiene un montón de templos tahoistas con un montón de fieles poniendo incienso pero unos palos de incienso gordísimos una humareda tremenda la que montan, hacemos fotos y vemos las imágenes, y nos fotografiamos con ellos.
Después vimos el bosque de pagodas, Fonzo se como otro helado (esta enganchado) y paseamos por el, fotos, es bonito, triste, y tranquilo, pero por supuesto lleno de chinos.
A comer a un restaurante del pueblo, no comemos mal pero yo estoy harta ya de siempre lo mismo, arroz blanco, verdura hervida, pollo con salsa, pollo agridulce, ternera con algo, en fin mas de lo mismo comida para turistas total, y estoy deseado pillar algo digno para comer, .
Después al templo del caballo blanco y compro dos rosarios budistas con olor a incienso nos costaron 4 euros los dos, no está mal, pero siempre hay que regatear, en todo todo todo, si no lo haces flipan.
Ya nos vamos al hotel Peonía de Louyang (viejecito y el baño igual pero bueno pasable) estamos deseando duchita y limpieza pq ya son muchas horas sin parar y sin lavarnos. Ufff, nos quedamos nuevos, preparamos las cosas para el día siguiente y nos bajamos pq hemos quedado con estos chicos para cenar y dar un paseo, nos vamos andando hasta un McDonalds que hemos visto de camino en el micro, vamos viendo a la gente, las tiendas, lo que nos gusta vamos, callejear y mezclarnos, alguna foto etc, comemos una burguer con papas y coca cola y mcnugets de pollo y alitas, y nos cuesta a los dos 55 yuanes (5 euros medio) , a la vuelta para bajar la comida, pasamos por un mercadillo que hay en una calle que hace una gran cuesta, y como vamos buscando candados para las maletas nos metemos en el, nos miran, vemos cosas y un puesto donde venden como cosas caramelizadas, al final compramos un tomate bañado en caramelo que nos cuesta 2,5 yuanes, es como un pincho moruno, esta riquísimo pero después de la cena...
Nos paramos en los puestos y no nos entienden ni papa, nos hacen corro y se ríen , hacemos fotos con los niños que se parten etc al final salimos con nuestros candados, vamos!!!
Llegamos al hotel y yo estoy con la tripa fatal y las piernas siguen doliéndome un montón, pero aguanto y estoy deseando dormirme como un bebé. Mañana más.
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